Blog de historia del arte de Teodoro Ignacio Fernández Sampedro

viernes, 11 de noviembre de 2011

LA PLAZA MAYOR: ESPLENDOR DEL URBANISMO Y LA ARQUITECTURA CIVIL DEL BARROCO ESPAÑOL (I)



La Plaza Mayor debe entenderse como un fenómeno urbanístico desarrollado a lo largo de la historia del urbanismo mediterráneo. Se desarrolla en una planta rectangular de ordenadas fachadas sobre soluciones porticadas formando soportales y mostrando un conjunto de equilibrado desarrollo. Configura un modelo de carácter cerrado, cuyas fachadas se repiten frente a frente.

Imagen tomada de:


A lo largo del urbanismo mediterráneo se desarrollaron evolutivamente el ágora griega, el foro romano, las plazas regulares y porticadas de las bastidas (villas nuevas) medievales, las nuevas plazas de los urbanistas del Renacimiento italiano y la experiencia colonial española, pero con una personalidad que hace a las plazas mayores españolas como diferentes.




Foro romano: 

En la Plaza Mayor española, el espacio es mercantil, de representación y festivo, pero es también un lugar para vivir, de tal forma que sus fachadas corresponden a una arquitectura doméstica (ausente del ágora y del foro).

Hay que señalar dos elementos fundamentales que impulsaron la renovación de la ciudad en la que una plaza mayor o regular desempeña un papel principal: la guerra y el comercio.
                
 Las principales funciones y usos de la Plaza Mayor fueron, de armas y mercado, como hemos visto, escenario de ejecuciones públicas, teatro, espectáculos públicos de todo tipo (procesiones religiosas y gremiales, entradas y bodas reales, proclamaciones, torneos), lidia y rejoneo de toros (de hay el nombre actual de «plaza» de toros a los cosos taurinos). Para ello se disponían balcones corridos con espectaculares estructuras complementarias de madera a modo de gradas y sobre todo un lugar de honor para ver o presidir los festejos que dio lugar al desarrollo creciente del balcón municipal. Poco después fue necesaria la aparición de la Casa Consistorial, convirtiéndose en construcción obligatoria por orden real.
Auto de Fe en la Plaza Mayor, Francisco Ricci, 1683

Juan de la Corte, 1623

Desde el punto de vista cronológico el siglo XVI supone el inicio de una nueva y ordenada Plaza Mayor, tal y como será hasta el siglo XIX. Este fenómeno urbanístico fue recogido en la Ordenanzas de Carlos V y Felipe II, de forma teórica y práctica, según los cánones de la ciudad moderna proyectándola sobre la utopía de la ciudad ideal en América. De esta forma podemos establecer una evolución que llevaría desde la primera de las plazas monumentales españolas en Valladolid (1561), a Madrid (1636) y Salamanca (1729), influyendo sobre numerosas localidades castellanas fundamentalmente.


Para saber un poco más de la Plaza Mayor de Madrid:



Teodoro Fernández

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